Esto es redundar en una de mis entradas, pero es que precisamente una de las situaciones que expuse, pues que la he vivido esta semana. Toma ya...
Resulta que estábamos angelote y yo dando un paseo cuando, una vez más, y cada vez que salimos, estábamos delante de uno de los escaparates navideños que más le gusta al susodicho. Es un súper escaparate con un ciervo, búhos, ardillas y un mega árbol, todo adornado y todo nevado. Mi angelote flipa cada vez que lo ve y empieza a señalar y a decir en su media lengua todos los ingredientes de la estampa navideña.
En esto que se acerca una mujer, de unos 70 años y empieza a decir que qué gracioso, que qué guapo, que qué rubio. Y yo con mi sonrisa de oreja a oreja y ese orgullo que te sube y que si fuera un pavo real desplegaría las plumas de la cola todo lo que se pudiera desplegar y las pasearía para que todo el mundo las viera... Pues ahí estaba yo, con mi sonrisa, henchida a más no poder, cuando la mujer me mira y sin anestesia, sin cloroformo y ni siquiera un simple calmante me suelta: ¿Que es su hijo o su nieto? ¡¡¡Zasca!!! La sonrisa se me heló en la cara y mi cuerpo se desinfló como un globo que sueltan sin haberle hecho un nudo después de soplarle. Y como pude, le dije: pues no, señora, no es mi nieto, es mi hijo. Y me fui.
Me sentó realmente mal, luego al comentarlo por whatsapp con familia y amigos, pues todos evidentemente que si la mujer estaría mal, que estaba cegata, que no haga caso, que estoy muy bien... Pero lo dijo. Tenía la duda. Doy el pego de ser una abuela. Y yo pensando en otro hijo-nieto.
Luego me acordé de algo que me ocurrió cuando tenía unos 15 o 16 años. Me fui a pasear a mi hermano pequeño, mi primo y mi prima. Dos niños de 6 años y una niña de un añito o dos, que iba en carro. Y me fui a una tienda a comprarles unos gusanitos. Cuando fui a pagarle la mujer de la tienda me preguntó: ¿los tres son tuyos? Y yo me quedé alucinada de que una mujer adulta preguntara a una adolescente no sólo si era madre, si no si tenía tres hijos. Me reí y le dijo que no, que yo era pequeña, y me fui. Y por ahí lo voy a coger. Que hay gente que habla por hablar, que no se fija, que no calcula edades y que dijo eso como podía haber dicho que si angelote era niño o niña (esto sí que me lo preguntan mucho).
Y ayer viví una situación un tanto "extraña". Fui a comprar pan en un establecimiento que está fuera de mi barrio pero que me pillaba de paso, y la chica que me atendió me preguntó por la edad de angelote y al contestarle me dijo "¡como mi nieto!" Ojiplática que quedé. Pensé que había entendido mal porque para mí que la chica, como mucho, tenía mi edad. Pero me lo repitió. Mi nieto. Y tengo dos. No pude contener la pregunta en mi mente ni en mi boca "Pero ¿Cuántos años tienes?" "Voy a hacer cuarenta". "Mira, como yo" le referí.
Dos mujeres de 40 con vidas completamente diferentes. Ella abuela, yo madre casi reciente y con la operación hermanito en marcha. Y me sentí... no lo sé.
Todavía no sé como me siento. Sólo que vuelve a retumbar ese "madre añosa" y todo lo que implica.