viernes, 8 de agosto de 2014

El misterio del trocito de ovario

Resulta que el otro día, hablando con mi hermana-prima, me recordó las risas que nos echábamos con el "misterio del trocito de ovario".
 
Redundando en la entrada de errores médicos y otros sinsentidos os cuento como fue mi segundo ectópico... Me acuerdo perfectamente que llevaba un par de días de retraso. Era mi segundo mes con omifín y ese día nos tocaba ir a la consulta de reproducción asistida de la Seguridad Social. Llegué del trabajo y le comenté a mi chico que por qué no me hacía un test y así descartábamos embarazo para ir a la consulta sabiendo si había funcionado el omifín o no. Aunque no estaba de acuerdo (odiaba que me hiciera test de embarazo porque siempre me salían en blanco o un NO EMBARAZADA si era clear blue), claudicó. Y ahí fui a por uno de los test de embarazo que pedía por internet, los cuales junto con test de ovulación, vendían en un pack por cuatro perras y te mandaban chorrocientas tiras mojapipís. Esto, que parece una ventaja, no lo es. Os lo digo en serio. Huid de estas tiras del demonio que te hacen que, cuando llevas horas de retraso en la regla, caigas en la tentación de mojar la dichosa tirita para comprobar, después de mirarla del derecho, del revés, al trasluz y bajo el microscopio, sólo aparecía una asquerosa raya.
En fín, que me voy del tema...
 
Cogí la tira, la mojé de pipí, la dejé a solas durante unos minutos y allí que fuimos los dos al wc a comprobar que, una vez más mis tiras eran defectuosas (no tenía otra explicación) y nos habían vendido las que no anunciaban embarazo. Pero no fue así. Allí, mirándonos de reojo, casi imperceptible, apareció una segunda raya. Mi chico decía que eso no era embarazo, que tenía que marcarse como la otra raya. Y yo, que a esas alturas ya estaba más que empapada de internet y que conocía las rayas fantasma y todas sus variedades, le refuté que no, que eso era que estaba embarazada.
- Bueno, se lo enseñamos al gine y él que decida- dijo mi chico.
 
Y allí que fuimos. Y, efectivamente, cara-seta (que tío más estirao y singracia era el de reproducción asistida) nos dijo que sí, que enhorabuena (esto no lo dijo, pero que menos...) y nos daba cita para dos semanitas después para hacer eco.
 
Pero ya sabeis que no llegué. Un día empecé a encontrarme mal, me fui a urgencias y allí empezó mi calvario. Este segundo ectópico vino complicadillo porque no había manera de que bajara la beta con el metotrexate (medicación que te ponen para que se pare el ectópico). De repente un día la beta bajaba y a los dos días volvía a subir como la espuma. Bajaba y subía, y cada vez que subía lo hacía más. Hasta que un día me empezó a doler el lado, me exploraron y corriendo me llevaron a quirófano. Parece ser que estaba a punto de reventar la trompa...
 
Cuando me desperté me dieron la noticia: Valeska, te hemos quitado la trompa y también casi todo el ovario porque estaba afectado por el ectópico.
Me cayó como un jarro de agua fría... Pero ¿cómo que casi todo el ovario?
-Sí, te hemos dejado un trocito, pero su función es meramente de desahogo hormonal, no podrás ovular por ahí. Pero no te preocupes que tu fertilidad no tiene por qué quedar afectada. Puedes quedarte embarazada perfectamente.
 
Hombre, tan perfectamente no, porque era con los dos ovarios y me costaba lo mío como para pensar que con uno iba a ser igual o más sencillo...
 
En fín. Yo pensaba en ese trocito de ovario y me lo imaginaba como una minicuña de queso (no sé por qué) flotando cerca de mi útero. Sin trompa a la que acompañar, solito, pequeñito. El pobre minitrozo. Pero nunca más se supo de ese minitrozo. Nadie me pudo localizar jamás esa cuña flotante. Y eso que me hice ecografías a porrillo. Cuando me hacían la eco y empezaban a rebuscar por el lado derecho hasta que decían ¡pero dónde está el ovario! y yo respondía que lo había perdido por un ectópico pero que me habían dejado un trocito, se me quedaban mirando como si hubiera dicho que ayer estuve de viaje en la luna y me respondían: pero qué trocito mujer, si aquí no hay nada. Y yo repetía lo que me había dicho el gine que me operó: sí, un trocito, para la liberación hormonal. Y me miraban como si tuviera dos cabezas y ocho brazos, y me decían: pero qué me estás contando. Usted flipó cuando se despiertó de la anestesia. Bueno, eso no me decían, pero era lo que dejaban entrever.
Y yo misma hubiera dudado de esto si no fuera porque ese mismo gine que me operó dio la misma información a mi familia. Ellos no estaban presentes cuando me lo dijo a mí, y yo no estaba presente cuando se lo dijo a ellos, así que...

Finalmente pedí el historial clínico. Quería saber qué había pasado en esa operación, qué pasó con el ectópico, mi trompa, el ovario quitado y la minicuña. Y el resultado es que allí no ponía nada de que el ovario estuviera afectado por el ectópico, ni tampoco que me hubieran dejado un trozo. Nada. Lo único que ponía era que habían realizado "Salpingectomía y ooforectomía derecha" (quié ici que me quitaron la trompa y el ovario derecho). Y en anatomía patológica ponía que en el bote que les habían mandado estaban una trompa bastante perjudicada y un ovario. Y fin.

Con lo bien que me lo pasaba presumiendo de tener ovario y cuarto. Con mi minibabybel flotante. Pero no, no había, ni hay, ni habrá nada.

Así se resolvió el misterio del trocito de ovario...

viernes, 1 de agosto de 2014

Mi paso por los foros y otros apoyos virtuales

Cuando decidimos ser papás, vivíamos en la más absoluta inopia. Yo creía que esto de tener un hijo era pan comido, que era más fácil quedarse que no quedarse, que si no te cuidabas y tu pareja te miraba el potorro te podías quedar embarazada. En fín, seguro que hay gente que sí, que le pasa esto, pero no fue nuestro caso.
 
La verdad es que hasta que no pasó un año no me preocupé mucho. Quería quedarme embarazada, pero pensaba que se podía tardar un tiempo y que esto era normal. Cuando llevábamos más o menos un año empecé a preocuparme y, evidentemente, para internet que fui. Al meter mis palabras en google me salió de las primeras entradas comentarios de mujeres en un foro "muy femenino". No podía parar de leer las experiencias de muchas mujeres en su "deseo de ser mamá", y fue ahí cuando empecé a leer el tema de las ovulaciones, mocos cervicales, t.o. (test de ovulación que yo no sabía que eran esas iniciales, ni tampoco lo que era un test de ovulación), t.e. (test de embarazo), psicosíntomas, temperatura basal, etc, etc, etc. Un nuevo mundo se abría ante mí, el mundo de la fertilidad y todas sus variantes, y ahí que me puse a enterarme de todo lo que podía. Al principio sólo leía, hasta que me aventuré a participar. Al principio en los temas generales, luego hicimos un grupito muy majo en el que además de hablar sobre las veces que nos acostábamos con nuestros chicos y hablábamos de síntomas, compartíamos otras aficiones y nos lo pasábamos muy bien. Ahí fue cuando me animaron a que empezara los estudios de fertilidad al llevar tanto tiempo en ello y no haber quedado embarazada.
 
Cuando tuve el primer ectópico compaginé esa parte del foro con otra que hablaba sobre "embarazo extrauterino". Ahí también encontré gente muy apañada que me ayudó mucho con lo que me había pasado y más todavía cuando volví a pasar por segunda vez por un ectópico.
 
 
En ambos casos la gente que conocí se fue embarazando y, poco a poco, dejaba de entrar, así que el grupito se fue diluyendo hasta que fui la única que quedó sin embarazarse. Dejé de participar.
 
Cuando empecé con las pruebas de fertilidad me volví a mover dentro del foro a otro apartado que era de "fertilidad-esterilidad", pero mi participación fue más para despejar dudas que tenía.
 
Llegó el momento en que me mandaron omifín, y al buscar experiencias con este fármaco fui a parar aun foro sobre crianza respetuosa y natural en el que encontré a un grupo excepcional con el que me encontré realmente a gusto. Además de poder compartir nuestras penas y alegrías con los tratamientos, eran muy afines a mi manera de pensar sobre la crianza. A día de hoy todavía echo de menos ese grupo que tanto, tantísimo me apoyó, me animó, me cuidó, me mimó. El nombre del post sigue, pero ya no hay nadie de ese grupo que conocí. Me pasó lo mismo que en el otro foro. Poco a poco todas fueron consiguiendo su sueño y yo me quedé rezagada. Fui la única que no lo consiguió. Con algunas sigo manteniendo contacto por face o por whatsapp, tal fue la relación que tuvimos. Y casi todas me felicitaron cuando se enteraron que lo había conseguido.
 
Y vino la palabra ovodonación. De nuevo cambié de foro y qué mejor foro para compartir dudas, experiencias y miedos sobre la ovodonación que uno que se titule tal cual. Ahí coincidimos también un grupo de chicas muy majo que íbamos a empezar más o menos por el mismo tiempo el tratamiento. También participaban chicas que ya lo habían conseguido y nos animaban mucho, nos contaban sus experiencias, nos tranquilizaban, etc. En especial R., a la que tengo muchísimo cariño y que sigue al pie del cañón en el foro, recibiendo a las que llegan, participando con sus consejos, su apoyo. R., sé que me lees, que sepas que ayudas mucho, muchísimo, más de lo que tú crees.
Con este grupito cambiamos la ubicación virtual y nos trasladamos a un grupo secreto en face. Incluso se hizo una quedada y todas las que vivían más o menos cerca quedaron para conocerse, fueron a comer juntas, etc. Me hubiera encantado ir, pero me pillaba tan lejos...
Poco a poco fueron consiguiendo una, tras otra, ser mamás. Nos alegrábamos tanto al ver que podíamos conseguirlo... Todas llevaban una historia muy pesada a su espalda, muchos tratamientos, muchas decepciones, mucha lucha. Nos comprendemos perfectamente, sabemos lo que duele ser infértil, la alegría que da un positivo, pasar las ecos y que todo vaya bien... Es mi pequeña familia virtual, a la que acudo cuando tengo algo que compartir, alegrías y penas, dudas e incertidumbres, pensamientos y sentimientos. Son unas chicas con un par de ovarios.
 
A mí me ha ayudado el mundo virtual, y me sigue ayudando. Desde que empecé a escribir el blog ha sido tal el cariño que he sentido que me arrepiendo de no haberlo hecho antes porque sé que habría sido otro punto de apoyo para mis tratamientos y mis pérdidas. Aquí me siento comprendida al cien por cien por vosotras, me habeis dedicado palabras hermosas y frases que tengo marcadas en mi memoria. El sólo hecho de saber que alguien ha leído una entrada de mi blog y se para para comentarla hace que me sienta escuchada (y aunque no la comente, pero la lea).
 
Particularmente yo recomiendo que se acuda a los foros porque tienen su labor terapéutica. Sobre todo si en tu vida real no encuentras a gente que te comprenda o si eres una persona a la que en el cara a cara te cuesta expresar tus emociones. El mundo virtual ayuda. ¿Pensais lo mismo?