Ayer tuve mi segunda eco tras la beta positiva.
Miento si digo que estaba tan tranquila y que iba tan contenta para reencontrarme con mi valeskit@. Sí, he decidido ponerle ese nombre de momento, pero el mérito no es mío, sino de Ariel Pop, que lo llamó así y oye, que me ha encantado, así que con tu permiso y hasta que pensemos en otro nombre, se llamará valeskit@.
Pues eso, que ya he comentado que para mi las ecos me parecen torturas más que momentos de disfrute, así que iba un poco contrariada porque además era consciente de que estaba justo en esa fase en el que puede que se detecte latido y puede que no y que las dos cosas son normales. Pero claro, puestos a elegir... pues me quedo con que se detecte latido y alivio que te llevas.
Como siempre entré con retraso, pero menos que otras veces. Esta vez me acompañó mi chico y eso hacía que me sintiera un poco más fuerte. Aunque no caí en que a mi gine le encanta hablar con mi chico porque se conocen de hace tiempo y porque mi gine entiende del negocio de mi chico y empieza a preguntarle y a conversar y... ¡¡¡me estaban poniendo negra!!! Vamos, que estuve a punto de levantarme, irme a la sala del ecógrafo, abrirme de piernas y metérmelo yo sola mientras ellos seguían debatiendo. Yo le daba pataditas a mi chico en plan "¡¡¡pero cállate ya y no le des coba!!!" y él me miraba sin entender. En fin... hombres.
Después de esa eterna charla ya se centró en mi. Me preguntó como me encontraba y yo contesté con un: "bien, todo bien". Me hizo alguna pregunta más y casi que le llevo yo de la mano al cuarto de marras. Por fin me hizo subirme al potro, metió el ecógrafo y nada más meterlo dice: "Ahí está el embrión" para acto seguido rematar con un celestial "y mira como late su corazón". ¡¡¡¡¡Síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!! Pude ver como latía. Un punto diminuto, un micropunto que no hacía más que parpadear a toda velocidad. Mi chico y yo nos miramos y yo me sentí tan contenta que no podía dejar de hablar mientras mi gine me seguí diciendo medidas y demás que yo no escuchaba por mi parloteo continuo.
Así que seguimos en esta aventura. La tercera ecografía será en Valencia y, si todo va bien, ya me darán el alta. Estoy muy emocionada. Si nada se tuerce seré madre por segunda vez. Increíble. Si alguien me lo hubiera dicho hace tres años... y fijaros.
Muchísimo ánimo a todas.