domingo, 31 de enero de 2016

Y llegó la transfer...

La transferencia de mi "petrificado" estaba dispuesta para el jueves 28 de enero a las 17.30 horas.

Finalmente, tras barajar diferentes opciones, nos fuimos a Valencia con angelote y también con mis padres para que pudieran quedarse con él mientras estábamos en el hospital.

Nos fuimos el miércoles y pasamos unos días muy buenos, visitando la ciudad, comiendo por ahí, y disfrutando mucho de esta ciudad y de angelote que está súper gracioso.

Estuve muy tranquila, pero esa tranquilidad dejó paso al nerviosismo cuando faltaba poco tiempo para irnos al hospital. Nerviosismo porque todo saliera bien, nerviosismo por dejar a angelote con mis padres y nos echara de menos, nerviosismo por la importancia que tenía este día...

Nos dirigimos al hospital y una vez avisados de nuestra llegada nos llevaron a las dependencias de Ginemed. Allí esperamos un rato y finalmente nos indicaron cual era nuestra habitación, que nos pusiéramos las batas, gorros y "loquecubrelospies" (no sé como se llama) y nos dispusimos a esperar. Tardaron bastante en llamarnos, pero me sirvió para relajarme y también para echar una charleta tranquilamente con mi chico, que hacía casi dos años que no teníamos esa oportunidad. Es que angelote es muy absorbente y se mete en todas nuestras conversaciones...

Nos llamaron y una vez en la camilla primero llegó la bióloga para contarnos que nuestro "petrificado" había descongelado perfectamente, que no había sufrido ninguna modificación y que era "muy bonito". Mira, como su hermano, pensé yo... Y acto seguido se presentó Juana y empezó a preguntar por angelote y por como estábamos. Tardó un plis plas en ponerme el embrión y luego estuvimos unos minutos de charla hablando de la maternidad y de lo que haríamos si esta vez no funcionaba. Nos dimos un abrazo y nos despedimos.

Y después de ponerme la progesterona intramuscular, vuelta con angelote, tarde tranquilita, y al día siguiente de viaje hasta mi ciudad.

Este es mi tercer día de betaespera y la verdad que me estoy tomando al pie de la letra las indicaciones postransferencia. Vida normal. Y eso hago, porque no es lo mismo una betaespera con niño que sin niño. Ni física, ni emocionalmente. Intento cuidarme en no coger a angelote porque el fiera pesa cerca de 18 kilazos, pero por lo demás... Ayer por ejemplo nos fuimos al teatro con angelote y unos amigos y luego estuvimos de cena y nos acostamos cerca de la una de la mañana. Y hoy nos iremos al parque y luego quizás comamos por ahí.

Sinceramente me da un poco de pena porque es que a veces hasta se me olvida que estoy en betaespera. Luego de repente me acuerdo y me entra el gusanillo y mariposas en el estómago, pero ya no puedes focalizar tu atención en esto porque tengo un personajillo que me reclama a todas horas.

Deseo con todas mis fuerzas que "petrificado" se quede con nosotros y sé que conforme se acerque la fecha de la beta me iré poniendo más nerviosa. Pero hasta entonces, disfrutaré de esta semiinconsciencia. Es mi quinta betaespera y, sin género de duda, puedo decir que es la más diferente de todas.

Seguiremos informando...

viernes, 22 de enero de 2016

Tercer control ecográfico: nos vamos a Valencia

Ayer fue un día bastante cansado. Tenía cita en la clínica de la doctora Crespo y no sabíamos muy bien como hacerlo sobre todo por angelote que no teníamos con quien dejarlo mientras yo no estaba y su padre trabajaba. El problema era que su cuidadora tampoco estaba disponible, pero al final se solventó. La cuidadora nos dijo que a partir de las once ya estaba libre como el viento y hasta entonces mi chico se quedó con angelote. Problema resuelto...

A las siete de la mañana estaba camino de Valencia. Me pilló un nieblazo quepaqué las prisas. Pero durante muchos años estuve viajando a diario por motivos laborales y he pasado de todo: lluvias torrenciales, nieve, nieblas súper densas, hielo... A pesar de esto me pongo tensa porque no hago nada más que intentar ver lo que tengo delante vaya a ser que tenga un coche o camión a 100 metros y no lo vea con el consiguiente disgusto.

Total que llegué a Valencia un poco/bastante contracturada y cansada porque por la noche no descansé del todo bien. Pero me dio tiempo a descansar. Y bastante. Porque entré casi tres horas más tarde que la hora de mi cita. Menos mal que conozco el percal y me llevé un libro (hasta lo terminé) y, como el 90% de los seres del planeta mi móvil. Así me fui entreteniendo hasta que por fin dijeron mi nombre.

Volvieron a ver la historia, me pidieron la documentación del IVI y al rato vino Juana Crespo. Pasó a hacerme la ecografía y ahí me llevé una pequeña decepción porque me dijo que mi útero estaba de aprobado, pero ya está. Que ni notable ni sobresaliente. Que veía una zona abombada en la pared del útero pero que aún así no me iba a "lijar" porque creía que podía quedarme embarazada. Que había muchas zonas del útero que estaban perfectas e ibamos a esperar que el embrión se enganchara a una de esas zonas y no a la "fea". La que esté viviendo un tratamiento de fertilidad sabe perfectamente lo que dijo Juana, pero también sabe perfectamente lo que entendió mi cabeza: "no te quedas embarazada ni de coña". Creo que vamos a tomar esto como un ensayo, a ver si hubiera suerte, y si no pues ya pensaremos en histeroscopias y demás. Pero qué pereza me da. Sólo pensaba en lo cansadísima que estaba, que no había comido, que me esperaban cinco horas más para volver a mi casa y que todo este trasiego lo paso este mes, pero que si no funciona... El mes que viene ya veremos.

Midió folículo y endometrio y todo perfecto. Me pautó pincharme el ovitrelle anoche pero antes debía hacerme una analítica hormonal para comprobar que el estradiol estaba ok. Así que tuve que ir al laboratorio del hospital y hacerme la analítica. Finalmente estaba bien, así que todo sigue adelante. Como he dicho el ovitrelle (medicación que induce la ovulación) está pinchado y la transfer será el jueves 28 por la tarde. El mejor día para mí, la verdad, porque esa semana trabajo lunes, martes y miércoles, así que por lo menos esto ha salido bien. Y me pondré uno. 

Medicación: igual que la otra vez. Heparina, progesterona vaginal e intramuscular. Y la beta el 9 de febrero. Tres días antes del segundo cumpleaños de angelote y dos días después del de mi chico. ¡¡Ojalá lo celebremos con un positivo!! Aunque si no, evidentemente este negativo no sería como cuando no tenía a angelote.

Y me fui de Valencia casi a las cinco de la tarde, con un triste sandwich de máquina en mi cuerpo como comida y las esperanzas un poco bajas. Evidentemente todo se me quitó en cuanto llegué a mi casa y vi a mis chicos. Los dos se lanzaron a por mi y no dejaban de abrazarme y darme besos. Yo también los eché de menos.

Así que, queridas mías, ya sí que sí estoy en el lío. No sé como me siento, sobre todo después de esta visita y los comentarios de Juana. Pero ya sabemos que en esto de la infertilidad a veces las garantías no son éxitos y lo improbable se vuelve posible.

martes, 19 de enero de 2016

Transferencia en ciclo natural: segundo control ecográfico

Ayer por la tarde tuve que volver a ir al gine. Esta vez no hubo preámbulos, no hubo palabras ni tampoco charla pre exploración. Era tarde y era la última cita del día. Abrió la puerta de su despacho, me vio y dijo: Valeska, pasa directamente a desnudarte y te tumbas en la camilla. Es lo que tiene la confianza...

Lo agradecí porque eran cerca de las ocho de la tarde y a esa hora cerraban el chiringuito de Valencia. Hay un teléfono de urgencias médicas al que puedes recurrir, pero para qué complicarse la vida pudiendo llamar al "no urgente".

Mi midió el folículo y el endometrio. Me lo apuntó en el papelito y me sugirió que le llamara para contarle qué me habían dicho. Y que allí estaba para lo que necesitara. Tampoco hubo arrumacos post exploración ni despedidas con promesas sólo con la de llevarle un positivo.

Inmediatamente llamé a la clínica ya que eran las 19.59 y me lo cogieron. ¡¡Cómo se parecía la que me cogió el teléfono a Juana hablando!! Pensé que el pasar tanto tiempo juntas hacía que se cogiera la misma prosodia, acento y tono de voz. Hasta que me dijo ¡¡soy Juana Valeska!! jolines, con razón se parecía tanto...

Y me dijo que me quiere ver el jueves. Que tengo que ir allí para controlarme ella, que no quiere dejar nada al azar. Y yo se lo agradezco infinito, porque me vuelve a parecer una profesional como la copa de un pino, porque sé que quiere las máximas garantías, porque quiere que sea un positivo. Y todo eso también lo quiero yo, pero ay madre lo que conlleva el tener que irme este jueves...

No tengo con quién dejar a angelote ¡a nadie! Porque la chica que lo cuida ese día no puede, y aquí estamos resolviendo el problema a marchas forzadas para averiguar que es lo menos malo. Me voy y vengo en el día yo sola.

Pero ahora viene lo peor... Y es que la transfer será la semana que viene. Al prinicipio me extrañó que fuera tan tarde pero no había caido en algo más que obvio y es que si tengo blastos, que son embriones de cinco días, me lo ponen cuando pasen unos cinco días tras la ovulación. Y si mis cálculos no me fallan, que espero con toda mi alma y corazón que me fallen, esto será el miércoles. EL ÚNICO DÍA DEL MES QUE NO PUEDO FALTAR A MI TRABAJO. Manda narices...

Aquí estoy con una angustia quepaqué, colapsada e intentando ver las posibilidades que tengo. Pero ahora mismo la única posibilidad es que me diga que la transfer es cualquier día menos el miércoles.

Esto es una más de ser infértil. El compatibilizar tu vida con los tratamientos, sobre todo cuando son a 500 km. de tu ciudad. Que yo estoy encantada con todo, que tengo a mi angelote, que por eso vuelvo a hacerlo con Juana Crespo, porque si no hubiera trasladado los embriones a la clínica de mi ciudad y punto. Pero es que es agobiante intentar llevarlo todo por delante, y porque además (y doy todos los días gracias) ahora tengo un hijo y todo se complica por mil.

Así que el jueves me espera un pedazo de viaje, pero, una vez más, es un viaje lleno de esperanza, de ilusión y hacia una nueva maternidad.

Seguiremos informando...

sábado, 16 de enero de 2016

Transferencia en ciclo natural:primer control ecográfico

Ya dije en una de mis entradas  la diferencia que existe entre hacer una transferencia en ciclo natural o sustituido. Yo he tenido de las dos y, evidentemente me quedo con la primera por dos motivos: el primero es porque de todas las transferencias realizadas en la que me quedé embarazada y siguió adelante fue en la de ciclo natural y segunda: no tienes que tomar la puñetera meriestra con sus consabidos efectos secundarios.

Tras venirme la regla llamé a la clínica de la Doctora Crespo y me dijeron que debía hacerme una ecografía el sexto día del ciclo. Esto fue ayer, viernes, y ahí empezó uno de los escollos y es que mi gine no visita los viernes. Sus fines de semana empiezan los jueves, y muy bien que hace si se lo puede permitir.

Ya pensaba en tener que buscar otro gine, contarle toda mi vida, explicarle el por qué, abrirme de piernas en una nueva camilla con nuevos desconocidos en un ambiente extraño y tan vulnerable como te sientes... Que no pasa nada porque anda que no me han visto ginecólogos en mi vida. Anda que no me han hecho ecografías vaginales, metidos picos de pato, trasteado manualmente y un largo etcétera. Pero mira, que con la edad me estoy volviendo más perezosa en esto y estoy más fiel que nunca. He cerrado el círculo de personas que tienen el placer de asomarse a mis adentros: mi gine, la Crespo (lo hago extensible a la doctora Fortuño) y mi chico.

Porque con mi gine, mientras me mete el cachirulo y me va explorando me pregunta por el negocio de mi marido, me pregunta por mi trabajo, me cuenta cosas de su vida, de su pasado, me explica como se hace una eco, que si plano sagital, que si plano transversal, que mira tu endometrio, mira tu ovario, oye tienes la vejiga llena ¿te estás haciendo pis? Y así quieras que no, hemos ido forjando una amistad en ese potro con esa posición y la luz tenue.

Pero se ve que esa relación ha dado sus frutos porque le llamé para comentarle que ibamos a empezar de nuevo con la búsqueda del hermanito, que me habían pedido de la clínica que fuera el viernes, que sabía que el no pasaba consulta pero que prefería que me recomendara a algún colega suyo, que... Pero me cortó. Y con su tono sobrio y acento cordobés a pesar de llevar toda la vida en mi ciudad, me digo: Valeska, el viernes te veo en mi consulta. ¿Es majo o no?

Y allí que me fui el viernes, y estuvimos un poco de charleta, pre y post indagación vaginal y me dio las medidas del folículo. Vamos por 9.5 mm. Ya me anticipó que seguramente me indicarían de hacerme otra eco el lunes o el martes porque todavía quedaba. Y efectivamente, al llamar a la clínica me dijeron que el lunes volviera a repetirme la ecografía para ver como iba el folículo y poder calcular mejor la transferencia. Así que volví a llamar a mi querido doctor, del que tengo el privilegio de tener su móvil particular, y el lunes le vuelvo a ver en su consulta para seguir estrechando nuestra curiosa relación.

No sé cuando será la transfer. Según los resultados de la eco del lunes así me pautarán, porque unas 36 horas antes de la transfer tengo que pincharme el ovitrelle, que ya sabéis que es una medicación que desencadena la ovulación, y seguramente empezaré con la progesterona como la vez anterior.

Pero esto es adelantarme, y ya os seguiré contando...

domingo, 10 de enero de 2016

Preparados, listos... ¡¡ya!!

Hoy es el cumpleaños de mi padre, y resulta que ha sido a mí a quien le ha caído un regalo: me ha bajado la regla antes de lo que esperaba.

¿Y qué significa esto? Pues que mañana estoy llamando a la clínica para informarles de que empezamos con este ciclo la búsqueda del hermanito para angelote. ¡¡¡Estoy nerviosa perdida!!!

El que me haya bajado antes hace que todo sea más fácil ya que laboralmente tenía un mes bastante chungo, he ido adelantando trabajo, pero tenía una cosilla pendiente para finales de mes y temía que me coincidiera con la transfer, pero ya va a ser que no (eso espero).

Ya empieza el movimiento. Además de llamar a la clínica tengo que llamar a mi gine de aquí para que me de cita el próximo viernes para ver como evolucionan los folículos y tome medidas. Así se va calculando la ovulación y dependiendo de esto será el día de la transferencia embrionaria. Lo de que me de cita para el viernes sí es un problema ya que él no visita los viernes, a ver si hace una excepción y todos estos años de relación sirven para algo. Si no tendré que buscarme a otro gine y, la verdad, no me apetece nada. Ni contar todo desde el principio, ni decir el por qué de esa visita, ni abrirme de piernas ante un nuevo desconocido. Pero si hay que hacerlo, pues se hará...

Mi chico y yo hemos pasado una "crisis". De repente le ha entrado el pánico a tener un segundo hijo. Y me pidió que lo retrasáramos unos meses. Me sentó muy mal porque ya tenía el cuerpo hecho a que con la regla de enero estaríamos en el lío. Porque me he esforzado muchísimo en el trabajo para que las fechas cuadraran con el tratamiento. Porque he dispuesto la agenda laboral para estar lo menos estresada posible y poder compatibilizar trabajo y tratamiento. Porque no me podía creer que reculara tras una decisión tan importante. Pero estuvimos hablando de esos miedos y son miedos que yo también tengo. Le entiendo perfectamente porque yo también pienso que nos puede desbordar tener otro bebé. Pero es que si lo piensas no lo tienes, así de claro lo tengo yo. Y sobre todo: todo lo que hablamos no desaparecerá de aquí a unos meses. Da igual el tiempo que pase, siempre estarán esos miedos. Así que, la decisión ya está tomada. 

Sentimientos encontrados: alegría, ilusión, nervios, miedo. Para mí (como para todas claro) lo peor: la betaespera. Aunque creo que serán "sólo" diez días porque son blastos, pero aún así... Qué jodida es esa espera por favor. Pensar que sí, pensar que no, notarte, no notarte, ilusionarte, no querer ilusionarte. Es un diálogo interno muy jodido. Te deja hecha polvo.

¿Problemas añadidos? Tenemos a angelote y no sabemos como vamos a hacer para ir a Valencia. Creo que iré yo sola. Tampoco tenemos muchas más opciones la verdad. Iré y vendré en tren. Una auténtica paliza de horas, pero pienso que así voy relajada, sentada y descansada. Más que si condujera diez horas en coche.

Seguiremos informando...

sábado, 2 de enero de 2016

Mi hijo es producto de un aquelarre químico

Eso es lo que opina el obispo de Córdoba de los hijos producto de las técnicas de reproducción asistida.

Y menos mal que no sabe que mi hijo es de ovodonación, si no directamente lo excomulga o lo exorciza. Ay espera, que angelote no está bautizado, pues eso que me ahorro...

La verdad que a mí lo que diga la Iglesia como que me toca un poco el pie. El año pasado el Papa Francisco condenó las TRA. Eso sí, los hijos que son productos de estas técnicas no los condena, sólo las técnicas en sí. Pues muy bien... Sigo diciendo que yo no tengo ningún problema, que para mí es como si alguien me dice que tengo que ponerme velo por ser mujer o que no puedo recibir una transfusión de sangre. Me parece extraterrestre.

Pero me pongo en la piel de mujeres y hombres que sí sigan la doctrina de la Iglesia, que también quieran ser padres y que "el abrazo amoroso" del que habla el arzobispo, y que es la única técnica que aprueba para poder ser padres, no surta efecto. Menudo dilema... o no. Recuerdo un capítulo de la serie La Que se Avecina, en la que Berta, personaje de misa diaria y confesiones horarias, quería recurrir a la FIV para volver a ser madre y, al consultar a su cura de cabecera, a éste le dio un infarto del disgusto que pilló. No sin antes dejarle bien claro a la susodicha que las TRA eran producto del demonio. Sé que esto es una serie, pero también sé que esta dualidad se le tendrá que presentar a más de uno y a más de dos. ¿Qué opción habrán escogido? ¿Seguir lo que una persona le dice que debe o no debe hacer o habrá podido más el querer ser padres?

Yo no entiendo de Iglesia y a lo mejor con esta entrada estoy metiendo un montón de patas y mezclando churras con merinas. Mi cuñada dice que eso es imposible que lo diga la Iglesia. Le mandé un enlace de la noticia en la que se incluía que el Papa actual había condenado las TRA. Pues ella resolvió esa dualidad (el pertenecer a la Iglesia y el querer a su sobrino) diciendo que como no lo había dicho el cura de su parroquia pues que para ella no valía. Pero que lo iba a consultar. Miedo me da lo que le diga Don Francisco...

Y a lo mejor cada uno resuelve la dualidad de la manera que mejor pueda.

Yo como no la tengo...