sábado, 14 de septiembre de 2013

Mi breve idilio con el cáncer o cómo un lunar te puede cambiar la vida (I)

Corría el año 2001 y con mis 25 añitos estaba dispuesta a comerme el mundo. Faltaba menos de un año para casarme, y tenía bastante lío ya que los fines de semana tenía que irme a más de 400 km de mi ciudad a seguir con el segundo año del máster, además estaba también con el doctorado y había comenzado a dar clases en una academia para ganarme un dinerillo. Y la boda, claro. El gran día que se aproximaba y el piso que habíamos comprado mi chico y yo todavía no tenía fecha de entrega...
 
 
Antes de toda esta vorágine, como un año antes o más, noté que en el talón del pie me había salido una especie de lunar-verruga algo extraño, que me picaba, pero no le di más importancia. A mi padre también le salió algo parecido en el pie y fue al médico. Resulta que tenía una verruga plantar y le mandó unos parches. Como estaba liada con el primer año de máster y el doctorado en la universidad, decidí que yo tenía lo mismo y me puse los mismos parches que mi padre, pero el resultado no fue el mismo. Mi padre se curó la verruga, y a mí se me quedó ese lunar extraño.
 
Mi madre me preguntaba de vez en cuando por el lunar, y yo le decía que ahí estaba, que a veces me picaba, pero no le daba importancia. Mi madre sí. Y no hacía más que insistir que fuera al médico, una y otra vez, pero yo lo iba dejando y dejando, hasta que mi madre, sin decirme nada, me pidió cita con el dermatólogo y con ella en la mano me dijo: "vas a ir, y punto". Y claro, ante semejante argumento, como iba a negarme...
 
Llegó el día de la cita, había pasado más de un año desde que me salió el extraño lunar y recuerdo que esa tarde tenía academia y tenía que prepararme la clase, así que le dije a mi madre que me venía muy mal ir al médico, que estaba muy liada. Pero me dio otro argumento y tampoco pude negarme: "te vienes ahora mismo porque lo digo yo".
 
Así que allá nos fuimos mi padre, mi madre y yo. Confieso que me daba vergüenza ir al médico por un lunar, pensaba que me iba a decir que por qué iba por esa tontería, que había cosas más importantes, yo que sé... Pero en cuanto entré, le dije lo del lunar y me lo examinó con una lupa, al médico se le torció el gesto. No me dijo nada, era un médico bastante simpático y cercano, y tan sólo dijo que iba a tomar una muestra para analizar el lunar y que en quince días tendría los resultados. ¡¡Joder, lo que me dolió cuando me cogió un trozo de mi lunar!! Tuve que volver al coche andando con el pie de puntillas, no podía apoyar el talón. 
 
Seguí con mi rutina, y a los dos días de la visita me llamó mi madre por teléfono a casa de mi chico: "Valeska, vente lo antes posible, nos ha llamado el dermatólogo y tenemos que ir a consulta ahora mismo"

 

8 comentarios:

  1. Hola guapa, acabo de conocerte y aunque paso un mal momento sin muchas ganas de escribir me quedo por aquí para saber más de ti. Un beso

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  2. Cloe, siento mucho que ahora estés así, lo entiendo. Por eso te agradezco más todavía que te quedes a mi lado. Te mando mucha fuerza y todo el ánimo posible.

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  3. Hola, te acabo de descubrir y con tu permiso me quedaré a conocer cómo va tu historia.
    Un beso

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  4. Por supuesto, entra y ponte cómoda, estás en tu casa ;-)

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  5. Valeska no quiero ni imaginar como le puede cambiar la vida a una persona tan joven semejante situacion. Te sigo y me pongo comoda. Un besazo amiga.

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    1. No había visto tu comentario!!! Por supuesto que te puedes poner cómoda, vente con pijama si quieres, estás más que en tu casa

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  6. Jolines, que duro tuvo que ser esto,
    yo la verdad estoy siempre a la que trina con los lunares nuevos...siempre me generan alarma, y a mí creo que el médico si que me ha llegado a decir en más de una ocasión, no con esas palabras pero parecido "Vienes por esto????"

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    1. Pues ya sabes que hay que contestar que sí, que vienes por eso. Que más vale prevenir que lamentar...

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